En la entrada anterior hablamos de la sordera adquirida y de la sordera congénita, pues bien, hoy dedicaremos nuestra entrada a esta última.
Sordera congénita
Llamamos sordera congénita parcial o total a aquella que se produce desde el nacimiento y que puede ser genética o adquirida. No es una enfermedad demasiado común y no suele ser detectada hasta pasados los 6 meses de vida, aunque el 80% de los casos de sordera congénita está ya presente en el momento del nacimiento.
- La sordera congénita hereditaria se debe a la mutación en los genes y la herencia puede ser recesiva, dominante o ligada al sexo; en la cual la madre transmitirá el gen defectuoso solo a los hijos varones.
EL 50% DE LOS NIÑOS CON SORDERA CONGÉNITA NO TIENEN ANTECEDENTES FAMILIARES PERO SU PATOLOGÍA ES DE ORIGEN HEREDITARIO
PERINATAL: se debe a influencias patológicas que actúan durante las primeras horas del nacimiento. Algunas de las causas de la s.c.a perinatal son:
-Prematuridad extrema
-Meningitis neonatal
-Bajo peso al nacer
-Falta de oxígeno durante el parto o posterior
-Traumatismos del parto
-Medicamentos
-...
Y ahora podéis preguntaros que le pasa al bebé, es decir,¿que consecuencias tiene la sordera para los bebés?
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La sordera puede afectar al bebé en estas cuatro formas:
Todo esto hace imprescindible un apoyo total a estos niños por parte de la familia y de los educadores escolares, para evitar así una grave discapacidad y una gran desventaja con respecto a otros niños.
Para detectar esta patología a los recién nacidos existe una prueba llamada screening o tamiz auditivo neonatal, la cual se les realiza antes de recibir el alta hospitalaria tras el nacimiento y así poder diagnosticar la sordera congénita lo más rápido posible para que el tratamiento oportuno no se demore y el niño llegue a a la fase de desarrollo del lenguaje.
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